Jorge Pistagnesi
Ingeniero Industrial
Dr. Alejandro A. Hossian FRN – UTN
Especialista en Robótica y automación
¿Cuál es el papel de la tecnología en la organización? Las funciones tecnológicas derivan en capacidades para la producción y competitividad.
En la edición pasada (Número de Mayo) de ENERGÍA PATAGONIA, hemos expresado, que el cambio técnico en las empresas se entiende como un proceso de incorporación y creación de conocimientos (learning by doing), determinado por factores externos e internos que han sido caracterizado como “Insumos” del mismo.
Estos insumos, identificados como acumulación de aprendizajes, dominio de tecnologías, desarrollo de aptitudes, habilidades, etc. debidamente operados y coordinados en una estrategia de desarrollo y crecimiento tecnológico, propician en las organizaciones el pasaje a nuevos estados tecnológicos y por consiguiente nuevas posiciones en el mercado.
En este marco de análisis, se ha observado que las empresas “operan” esos insumos internos y externos por medio de ciertas rutinas denominadas: “funciones técnicas”, de diferente grado de complejidad, reconocidas e identificadas en la literatura, por prestigiosos investigadores, como Sanjaya lall 1985, Cohen y Levinthal (1989), Nelson y Winter 1982, y muchos otros.
En tal sentido, Bell y Pavitt (1993;1995), han brindado una primera clasificación de las principales Capacidades Tecnológicas reconociendo cuatro Funciones Técnicas:
Funciones básicas:
- Actividad de inversión
- Actividad de producción
Funciones de apoyo:
- Actividades de Vinculación (con Individuos, Empresas e Instituciones)
- Actividades de Producción de Bienes de Capital (gerenciamiento comercial, financiero, logístico, y del conocimiento)
Estas actividades “funcionan” como generadoras de conocimiento tecnológico, y posibilitan el desarrollo de nuevas actividades de mayor complejidad. Es decir, las actividades desarrolladas de una manera específica, tienen la particularidad de generar conocimiento, y esa “manera específica” de realizar las actividades, es lo que llamamos “función tecnológica”.
De esta manera entonces, las mencionadas funciones tecnológicas, van desarrollando capacidades tecnológicas, como la capacidad de inversión (a través de las actividades de gestión financiera), capacidad de producción (por medio de las actividades de gestión de la producción), capacidad de gerenciamiento comercial y del conocimiento, (a través de las actividades de producción de bienes de capital). Capacidades que permiten según el grado de complejidad alcanzado, una categorización indicativa en lo que respecta a la posición tecnológica alcanzada por la empresa.
Estos niveles de capacidades tecnológicas, diferenciados por el grado de complejidad de las actividades, discurren desde los niveles más básicos de las capacidades de producción, hasta tres niveles de innovación: básico, intermedio y avanzado.
El escenario que así se presenta a la organización, permitirá reconocer su propio estado tecnológico y facilitar los procesos de toma de decisiones en términos estratégicos.
En este sentido, la siguiente tabla, tomada de la revista ECONOMÍA Y SOCIEDAD, elaborada por Carbajal, Ovando y Guerra (2016), ofrece un resumen expeditivo, válido como referencia, a la hora de efectuar el análisis para una determinada empresa. (Ver tabla)
Con base en estos conceptos, podemos inferir que el proceso de adquisición y desarrollo de Capacidades Tecnológicas, se relaciona entonces, con varios elementos de la Gestión de la empresa, entre las que deberemos también incluir el gerenciamiento de los saberes generados a consecuencia del “Funcionamiento tecnológico”.
Al tomar en cuenta la generación de capacidades tecnológicas por parte de las empresas y la consecuente innovación es posible señalar que la competitividad empresarial está relacionada con las actividades de los propietarios de las firmas en cuanto a la administración eficiente de las funciones sustantivas (Jiménez, 2006).
Sin embargo, debemos señalar que, aunque hay elementos en esta construcción conceptual, que son propios y específicos de la organización, como se ha mencionado, hay otros que son propios y específicos del entorno; como los regímenes de incentivos, la estructura institucional, la geografía, el Capital humano, La inversión Pública y privada, el esfuerzo tecnológico regional, y la eficacia con que se logra establecer la interacciones entre ellos. Y Son las diversas combinaciones entre estos factores, las que establecen los distintos niveles de complejidad con que se evidencian la Capacidades Tecnológicas en cada empresa y en cada período considerado.
La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico), propone para los países desarrollados, otra clasificación basada en la Intensidad de las actividades de I+D+i, y seguramente podríamos hallar otras taxonomías, que tal vez abordemos en otros artículos, para Países en Desarrollo.
Lo que no podemos dejar de mencionar, en un todo de acuerdo con Hatzichronoglou (1997), es que son las firmas innovadoras, las que ganan más mercados, son más productivas, generan empleos, ofrecen mejores remuneraciones a sus empleados y rendimientos satisfactorios a sus inversionistas.