La variable estratégica del tiempo

La pre-planeación operativa permite administrarlo adecuadamente. Puede ser una excelente herramienta para abrazar el éxito en cualquier operación contra incendio. 


Tiempo es la magnitud física con la que medimos la duración o separación de acontecimientos sujetos a cambios, es la magnitud que permite ordenar sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un presente y un futuro.

El tiempo no ha podido ser observado como una entidad física, no existen pruebas obtenidas en experimentaciones donde haya sido posible detectarlo físicamente; las diversas opiniones científicas asumen que el tiempo absoluto o flexible esta basado en pensamientos netamente filosóficos. 

En lo que a la ciencia respecta el tiempo como magnitud física seguirá siendo un concepto abstracto y subjetivo como lo son la longitud, el volumen, la masa, la densidad, la temperatura, la velocidad, la aceleración y la energía. 

La cronología permite datar los momentos en los que ocurren determinados hechos (lapsos relativamente breves) o procesos (lapsos de mayor duración) en una línea de tiempo se puede representar gráficamente los hechos históricos en puntos y los procesos en segmentos. 

Desambiguación: Chronos en la mitología griega es la personificación del tiempo, a veces suele confundírselo con Cronos dios de los Titanes y del tiempo humano calendario, las estaciones y las cosechas.

Como prefijo: del latín praefixus, participio de praefigiere “poner adelante” por ejemplo:

Cronología del griego “cronos” tiempo y “logos” estudio, ciencia cuya finalidad es determinar acontecimientos, no hay suceso que no surja de otro y de otros que le hayan precedido.

Por ejemplo, la representación de todo incendio está esquemáticamente dada por la curvatura “crono-térmica” de la que medimos tiempo por magnitud de temperatura, dicho de esta manera la curva cuenta con tres segmentos bien definidos que son el crecimiento exponencial, el crecimiento lineal y el decaimiento del incendio. Todos ellos son procesos, la ocurrencia puntual o particular de hechos (operativo Bomberiles) en cada proceso está dada, por ejemplo, en el comienzo del incendio (más allá de las causales) que desencadenó un evento destructivo. Este da lugar a un siniestro, el cual da lugar a la emergencia. Esto alerta a la sociedad a responder por medio de sus especialistas que son los Bomberos, originando hechos como -por mencionar algunos- la puesta en alarma, el desplazamiento de las unidades, su llegada, la llegada de los refuerzos, el inicio del combate, su alternancia con otras maniobras -simultáneas o complementarias, según cada caso-, y así sucesivamente, cada etapa hasta llegar a la instancia final de decaimiento junto a la extinción total, puesta en seguridad, resguardo del inmueble y la vuelta a la Institución.

Enfrentar un incendio requiere de un plan concebido previamente.

La narración de los hechos fue realizada de manera resumida, ya que llevado el trabajo al detalle, más hechos forman parte de toda la cronología y dependiendo de la magnitud del siniestro, podrán ser muchos más sus correspondientes derivaciones.

Antes de continuar con nuestro objetivo principal “el tiempo”, estimo oportuno desarrollar algunas menciones sobre la base donde se cierne el tiempo como lo son “la estrategia” y “la táctica” columna vertebral de la “preplaneación”.


La estrategia y la táctica

La estrategia y la táctica son dos conceptos diferentes muy utilizados en las operaciones contra incendio por toda la población Bomberil y que no es conveniente confundir, ya que ambos se encuentran a niveles diferentes.

La estrategia se sitúa en un nivel superior, puesto que está centrada en la consecución de los objetivos a largo plazo, la estrategia es el trazado del plan o en nuestro caso del “pre-plan” o planificación previa.

La estrategia nos impone marcar objetivos con un plazo de cumplimiento. Por ejemplo: estratégicamente el objetivo es el manejo global del siniestro. Prevé, en la primera respuesta, desde el arribar a un incendio estructural de una casa familiar -por mencionar un escenario- con qué tipo de autobomba (características y plantel de personal) apoyada por una unidad cisterna, una unidad liviana con equipos de protección respiratoria más unidad compresora de aire y una ambulancia.

En esta pre-planeación, el Cuerpo de Bomberos estimó una respuesta estratégica, la cual fue analizada, comprobada, estudiada y consolidada bajo diversos parámetros, como seguridad, efectividad desde la respuesta inicial, equipamiento en la escena, autonomía de trabajo hasta la llegada de otros refuerzos, etc.

La táctica es la acción que realizamos para alcanzar un resultado concreto en un momento determinado. Por ejemplo: tomando el caso anterior, la táctica sería puntualmente

como emplazar las unidades correctamente, el tipo de maniobras de ataque y combate seleccionadas, las técnicas aplicar de estas maniobras en conjunción con el equipamiento adecuado, la respuesta a incidentes inesperados “manejo de los cambios”, análisis de riesgo evolutivo a lo largo de todo el siniestro, etc.

Seth Godin (entrepreneur, escribió 12 bestsellers traducidos a 33 idiomas) en un artículo titulado “When tactics drown out strategy” -“Cuando las tácticas pueden ahogar la estrategia”-, resume: en mi experiencia la gente se obsesiona con los detalles tácticos antes de definir la estrategia. El resultado es que, cuando una táctica fracasa, empiezan a cuestionar la estrategia que en realidad no han definido.

En consecuencia, está bien establecido que primero se debe definir el pre-plan estratégico -aquello que deseamos conseguir, el objetivo que queremos alcanzar- para después pasar a definir las acciones tácticas que nos permitirán en cada situación alcanzar el objetivo.

Si se hace a la inversa se corre el riesgo de malgastar “tiempo”, esfuerzos en acciones inconexas y desordenadas que seguramente no nos conducirán a ningún lado, y que implican reinvertir más esfuerzo para alinearnos correctamente en desarrollar primero la estrategia y luego las tácticas.

En otras actividades, como la comercial, esto conlleva a la inevitable pérdida de dinero. En la actividad Bomberil conlleva a la pérdida de vidas, sean las propias de Bomberos, Rescatistas o de víctimas.

El tiempo como variable

En la pre-planeación estratégica y sus acciones tácticas prevalece en absolutamente todo “el tiempo”, más allá de la predominancia en nuestras vidas.

Si el tiempo no es tenido en cuenta como una variable operativa de importancia, o si no es administrado y aplicado correctamente, puede que se sufran derivaciones muy graves.

Por sobre todas las cosas debe ser interpretado y analizado correctamente. Por ejemplo: un cuerpo de Bomberos que no trabaja con base en pre-planeación estratégica, difícilmente entienda y comprenda la importancia del tiempo en su real dimensión. En consecuencia, la respuesta ante un incendio será “reactiva”. Los vehículos saldrán a las emergencias a altas velocidades, y en este contexto, el pensamiento sobre el “tiempo” se traduce a que debemos llegar rápido, sin tener en cuenta la comprensión técnica de los vehículos que conducimos, el riesgo que es para su dotación, para los transeúntes y automovilistas, que significa disminuir el tiempo de respuesta basándose en la velocidad mecánica.

En el ejemplo citado prevalece el pensamiento de la velocidad como prioridad y objetivo de hacer bien las maniobras, cuanto más rápido mejor, ya que es una manera de bajar el tiempo y traducirlo a favor de la respuesta: rapidez a cambio de efectividad.

Pero, ¿pueden coexistir ambas?. Si. Solo hay que trabajar, trabajar y trabajar en horas de capacitación y entrenamiento. Los milagros no existen.

La velocidad de una autobomba, sumado al sonido de la sirena y a la adrenalina de la situación provoca efectos adictivos en los conductores de vehículos de emergencia, incitándolos a pisar cada vez más fuerte el acelerador, aumentando el potencial de accidente en la vía pública,

¿En estas circunstancias estamos amparando a la sociedad, o más bien, nos traducimos en su contra?. 

En todo incendio debemos saber que los tiempos están en nuestra contra.

En las etapas preliminares, tengamos en cuenta que desde el inicio del siniestro hasta que es detectado, se da el aviso al Cuerpo de Bomberos y hasta que este responde, hay una medida de tiempo que está a favor del desarrollo y crecimiento del incendio.

La forma proactiva y no reactiva de invertir el tiempo de manera favorable es pre-planear la respuesta organizadamente, teniendo en cuenta la evolución de los hechos -tanto los que se puedan prever como los imprevisibles. Para esto se requiere que el personal este formado, entrenado y concientizado en todas y cada una de las tareas que forman el “paso a paso” del plan ya activado. Y que la triangulación institución - siniestro - refuerzos, se encuentre bien conectada.

Veamos un ejemplo con aspectos muy básicos, pero que existen en nuestros días:

Personal de guardia en sala de alarma: personas que en muchos casos no son tenidas en cuenta para recibir una formación acorde a su puesto. Deben ser capacitadas en los protocolos de llamada y como obtener rápidamente información vital para la primera respuesta. 

Por el teléfono de guardia es donde se comienza la extinción de un incendio y el rescate de las víctimas (a pesar de que había comenzado mucho antes, cuando realizamos la pre-planeación) una persona de guardia entrenada puede obtener información -inclusive al individuo que en una crisis de nervios está del otro lado del teléfono solicitando auxilio- tan solo con dos preguntas bien moduladas.

Caso 1: si la persona de guardia logra que le digan si por las aberturas (puertas y ventanas) ve fuego o humo ya se cuenta con suficiente información bien diferenciada para prever y activar la respuesta correcta tanto inicial como el refuerzo.

Si sale fuego es un incendio ventilado. Se debe suponer que la casa está toda tomada, o bien, existe un cuarto con importante probabilidad de propagación interior, que pueda haber propagación tridimensional exterior a otros inmuebles. 

En consecuencia, como material primario y preponderante se necesitara “agua”. Esta necesidad activa recursos propios y ajenos, al mismo tiempo, el orden de llegada de las dotaciones en tiempo y espacio es “casi” simultáneo o con pequeñas diferencias.

Si sale humo, de igual manera se activan los recursos propios y ajenos, material primario preponderante “aire”, en el Cuerpo que responde de pronto se cuenta con pocos ERA`s, no se cuenta con compresor para aire, pues inmediatamente se activan recursos de este tipo ajenos pero los más cercanos geográficamente (parte de la pre-planeación en refuerzos zonales y regionales, orden de llamada).

Respecto del “tiempo”, cuando llegan los recursos propios, al poco tiempo llegan los ajenos. De esta forma administramos proactivamente el tiempo y lo ponemos a favor nuestro, no del desarrollo del incendio. Es ahí donde damos la estocada fundamental y cambiamos el curso de los acontecimientos. Llevamos el siniestro a nuestro terreno y empezamos a controlar la situación.

Si no se contaría con esta u otras formas similares de pre-planeación estratégica, la media básica de primera respuesta que se observa comúnmente -que es aplicada y muy vigente- se basa en activar una dotación, y una vez en el lugar del hecho, el CI empezar a resolver la cuestión. A partir de ahí, se comienza a pedir el recurso propio o ajeno y simultáneamente se van desarrollando las maniobras con el material con que se cuenta. 

Como se podrá ver, en este caso la medida de tiempo está en contra, y si se está en contra, eso significa que está a favor del desarrollo del incendio -con todo lo que esto implica-, lo cual retrasara mucho más el control del escenario. 

Si el control de la situación se demora, esa demora puede ser catastrófica.


Por: Gerardo Fabián Crespo

gerardocrespo@contraincendioonline.com