La petrolera estatal chilena, y Nutrien, la empresa canadiense de fertilizantes, ambas socias de YPF, anunciaron su salida del país.
ENAP, la empresa estatal chilena de petróleo, anunció su intención de vender sus activos de exploración y producción en Argentina. Esta decisión afecta a ENAP Sipetrol, su filial argentina, que opera tanto en aguas costeras como en tierra firme, y que hace dos años firmó un acuerdo con YPF para explorar oportunidades conjuntas en Vaca Muerta.
La desinversión de ENAP se alinea con el plan de YPF de deshacerse de 55 activos convencionales maduros, una medida que resultó en una pérdida de $1.800 millones de dólares en el balance del año pasado. Algunos de estos activos son licencias compartidas con ENAP.

Julio Friedmann, gerente general de ENAP, expresó en LinkedIn: "Nuestro compromiso con la sostenibilidad a largo plazo nos obliga, a veces, a tomar decisiones difíciles, como la de poner a la venta nuestros activos en Argentina, nuestro país hermano". Agregó que buscan transferir sus activos a empresas especializadas que puedan dar continuidad a las operaciones.
Al mismo tiempo, ENAP ha decidido fortalecer su relación con YPF a través de la compra de crudo de Vaca Muerta, que se transporta a través del oleoducto trasandino, en el cual ENAP es socio junto con Chevron. Este crudo argentino, según Friedmann, está llegando de forma continua a las operaciones de ENAP en Chile.
Nutrien, empresa canadiense de fertilizantes, también ha anunciado su salida del negocio de fabricación y venta de fertilizantes en Argentina, para enfocarse en Brasil. La compañía atribuye esta decisión a las restricciones cambiarias y a la dificultad para transferir divisas en Argentina.
Nutrien operaba en Argentina con dos plantas industriales y hasta 130 puntos de venta y depósitos. La empresa es socia de YPF en la fábrica de urea granulada de Profértil.
La salida de ENAP y Nutrien de Argentina refleja los desafíos que enfrenta el país para seducir a los inversores con la vigencia del cepo. Las dificultades económicas, incluidas las restricciones cambiarias y la inestabilidad regulatoria, han llevado a estas empresas a reevaluar sus operaciones en el país.