Rige nueva regulación para el equipamiento eléctrico. El foco está puesto en los requisitos que deben cumplir los materiales que se comercializan. Desde TEC se insiste en la necesidad de implementar controles de instalaciones, tanto nuevas como usadas.
Equipamiento eléctrico con certificación y profesionales actualizados, son los nuevos desafíos que impuso la resolución de referencia publicada el 12/10/21 en el boletín oficial. Se trata de la regulación que modifica la Resolución 169/2018, la cual tiene por objeto asegurar que el equipamiento eléctrico que se comercialice brinde un elevado nivel de protección a la salud, la seguridad de las personas y de sus animales domésticos y bienes.
Fabricantes, importadores, comercializadores y distribuidores del equipamiento eléctrico deberán incorporar en el documento de venta local la leyenda “Uso idóneo”. En tanto, cuando los productos se comercialicen vía web, deberá indicarse en la publicación correspondiente tanto el número de certificado que alcance al producto en cuestión, como el organismo de Certificación que lo emitió.
El nuevo instructivo cambió la norma respecto al control de equipamiento eléctrico. Ahora se exige el sello conformidad de certificación y el de seguridad eléctrica en los productos de uso, como por ejemplo cables, cintas aisladoras, cañerías, distintos tipos de materiales, protecciones.
“Muchísimos municipios no están haciendo lo que deben que es aggiornarse, modernizarse, tener personal capacitado y actualizado en lo que es control de instalaciones, ya sea en la escena privada como pública”, subrayó Martín Torres, Electrotécnico y referente del CPTN en San Martín de los Andes.
El Ente Nacional de Regulación de la Energía (ENRE) por ley le da poder de fiscalizar a cada uno de los municipios dentro de su Código de Edificación. La mayoría en el capítulo de instalaciones eléctricas adhieren a las últimas reglamentaciones de la norma.
“Al día de la fecha si tenés suerte encontrás profesionales que estén actualizados y que soliciten al momento de la compra de los materiales certificado de producto, que hagan un chequeo minucioso de cada uno de los elementos que se van a usar, que haya un registro de eso dentro de una memoria técnica. Muy poco frecuente hoy en día ver eso. Son las buenas costumbres que hay que volver a tener. Justamente el control es lo más cercano a la seguridad. Es la única forma de cumplimentar y dar una garantía”, señaló Torres.
La normativa fija que una casa de hasta 60 metros, por ejemplo, tiene que tener dos circuitos separados como mínimo. “También avanza sobre los requerimientos esenciales de seguridad que son tener protección termomagnética, disyuntor diferencial, un sistema de puesta a tierra, constituido por el cableado verde y amarillo en todos los tomas, y a su vez conectado a las jabalinas”, amplió el especialista.
“Ese valor de resistencia de tierra se consigue midiendo con un instrumento específico, se llama telurómetro. Eso garantiza que al momento del contacto accidental o indirecto, porque se ha deteriorado una aislación, sea de un valor no mortal. Actúa en conjunto en tiempo y forma con el disyuntor. Es muy interesante insistir porque hoy en día estamos viendo elementos de instalación que se compran en ferretería, o hay casas del ramo que también venden materiales sin certificar. Es un riesgo enorme”, agregó.
Elementos peligrosos
La manguera azul es uno de los elementos que más se utiliza en instalaciones y está prohibido. “Después de determinada temperatura empieza a arder y es una mecha encendida que chorrea fuego. Hasta que no se consume toda no se apaga. No tiene un componente que la haga ignífuga”.
Otro componente que incrementa el riesgo eléctrico es el cable sin certificación. “Estamos viendo en el mercado cables hechos por gente inescrupulosa. Son cables de cobre recuperado y con vainas que no tienen ningún elemento ignífugo en su constitución. A su vez se hacen con hebras entrecortadas, no hay continuidad de las hechas, y está descentrada la vaina. Te encontrás que al cablearlo se pela solo, porque la pared de un lado es muchísimo más fina. Inclusive se están vendiendo cables de aluminio, y hay gente que lo elige por precio”.
Es importante que quien realice el proceso de elección de materiales sea personal idóneo. La población en general no cuenta con información necesaria para entender sobre materiales y características, y muchas veces se vuelca a una decisión por el precio y sin tener en cuenta otras variables importantes. “Para eso somos técnicos, para poder traducir todos los reglamentos a conexiones de instalaciones seguras. Tenemos la responsabilidad de informar a la población en cuanto a correctos procedimientos, que son las reglas del buen arte por un lado, y por el otro son las normas y los reglamentos”.
Recomiendan que quien proyecta una instalación eléctrica también la tiene que ejecutar. “Eso es lo que dice el reglamento, de ahí a lo que sucede en la realidad, es azaroso y difícil de controlar. Hay que defender el derecho a la información y a que los que nos representan nos cuiden en ese sentido”.
En el caso de las viviendas llave en mano, recomiendan poner especial atención a las instalaciones. “Las cotizaciones globales incluyen todas las instalaciones y un precio llave en mano. Ahí es donde hay que sospechar o tratar de puntualizar en cada uno de los rubros, de qué calidad estamos hablando y qué profesional va a intervenir en nuestra vivienda. Si va a pasar por un colegio profesional, hay un colegio que avala la incumbencia de ese profesional y va a asumir esa responsabilidad civil y penal”, amplió.
Impulsan controles de aptitud eléctrical proyecto
Desde el CPTN se impulsan proyectos de ordenanza para que los municipios implementen controles de instalaciones eléctricas. Éstas deberían ser tanto visuales como de funcionalidad.
Capacitaciones y cursos internos forman parte del trabajo que desarrolla el colegio con los técnicos eléctricos. Estar al día respecto a las normativas en vigencia es clave para su tarea.
Además el colegio se ocupa de generar proyectos para los municipios. Se busca fomentar ordenanzas atinentes a las instalaciones eléctricas, o actualizar las ordenanzas que ya existen.
“Trabajamos en la importancia de tener un ente que controle las instalaciones. Por ejemplo, en el capítulo 6 se establece que se debería inspeccionar a caño destapado ver que caño estás poniendo, antes de tapar los caños así como hace el gasista. Luego la lista de qué materiales estás usando”, amplió Martin Torres, Electrotécnico y referente del CPTN en San Martín de los Andes.
En algunos municipios se guarda la caja de los cables, para adosar el certificado de producto y el nombre que estás usando en una memoria técnica de cada obra.
Sin embargo, el nivel de inseguridad es cada vez más alto por la precarización y la manera en que se ejecuta la obra eléctrica. “Ahí está el desafío del colegio de participar en lo que es la reglamentación. Ofrecemos asesoramientos y pasantías, podemos hacer convenios con los municipios”, explicó.
“Hace falta además de la inspección visual, una inspección funcional. Ese diagnóstico funcional lo hace el técnico con incumbencias. Una evaluación funcional de un local comercial son 2 o 3 horas de trabajo, y el resultado es una verificación de aptitud de la instalación. Eso es lo que nosotros queremos fomentar. Lo mismo para los domicilios”.
Qué incluye un ensayo de instalaciones
Otro tema que se debate puerta adentro del Senado de la Nación es el control de instalaciones antes de ingresar a habilitarlas. Incluso, la implementación de controles periódicos, tanto en el caso de los locales comerciales como de las viviendas unifamiliares.
En ese sentido, se remarcó la importancia de revisar las conexiones eléctricas en domicilios que tienen más de 40 años, ya que probablemente hay instalaciones que se tienen que actualizar. “Si en el año 2006 se cambió la reglamentación por algo más seguro, han cambiado las exigencias porque han aparecido innovaciones tecnológicas. La forma de las protecciones, los límites de los cables, sobre todo cómo se ejecutan los distintos circuitos para la división de cargas, y teniendo en cuenta que casi todos los usos son eléctricos, cada vez más en nuestra vida cotidiana. La instalación no fue prevista en crecimiento de potencia, no hay circuitos de reserva para cuando crezca un aumento de demanda de uso”, explicó el especialista.
La renovación de una instalación de más de 15 años de uso incluiría cambio de conductores y cableado en cañerías aptas. De esas cuestiones técnicas puede dar garantía alguien que ha estudiado las normas.
En Neuquén rige una ordenanza en donde se establece que se deben realizar revisiones en las instalaciones al momento de terminar la obra y también cuando llevan años de uso.
Esos controles se basan en ensayos mediante los cuales se puede saber si una instalación está bien diseñada, ejecutada y dimensionada.
“Así está normado y alguien lo tiene que controlar, no solamente confiar. No solamente evaluar un presupuesto, sino hay que analizar toda la cadena de acontecimientos que atentan contra la seguridad de las personas en su fuero íntimo, en su domicilio. Para que no ocurra un accidente eléctrico, cada uno de esos eslabones tiene que estar sano”, remarcó.