El Comahue enfrenta el desafío de un nuevo modelo de gestión con visión a futuro y objetivos productivos.
Ante el vencimiento de los contratos de concesión para la operación y mantenimiento de las centrales hidroeléctricas del Comahue cabe hacernos algunas preguntas y tratar de encontrar respuestas adecuadas a las mismas.
- ¿Qué beneficios han quedado después de 30 años de concesiones?
- ¿Qué consecuencias tuvo el desmembramiento de la empresa HIDRONOR SA?
- ¿Cuáles serían los caminos más adecuados para continuar la explotación de las centrales hidroeléctricas del Comahue?
- Si se realizan concesiones similares a las que han vencido, significan otro período de 30 años al final de los cuales centrales como la del Chocón tendrán 80 años de servicio, lo que significa que estarán obsoletas. ¿Quién financiará luego la renovación del equipamiento electromecánico y el reacondicionamiento de las obras civiles?

En cuanto a la primera pregunta, digamos que excepto el mantenimiento y modernización de algunas partes de las instalaciones, necesarios para la mejor explotación del negocio de la generación eléctrica, prácticamente ningún otro beneficio se puede detectar. Es más, en el caso de Piedra del Águila, el contrato de concesión preveía el montaje de dos turbos grupos faltantes. El proyecto original preveía 6 turbo grupos generadores de 350 MW cada uno, de los cuales se habían montado cuatro al momento de su privatización. Cabe aclarar que Piedra del Águila es una central hidroeléctrica proyectada para poder funcionar también como central de bombeo.
En cuanto a las consecuencias de la privatización de HIDRONOR SA. Es importante señalar que la empresa ya era una sociedad anónima por lo tanto su privatización se podría haber realizado con la venta de sus acciones. Lo que en realidad se hizo fue desmembrarla, separando primero su sistema de transmisión y luego cada central hidroeléctrica transformada en una unidad de negocio separada de las demás con lo cual se perdió su capacidad tecnológica y financiera.
Normalmente la construcción de grandes centrales hidroeléctricas no se puede justificar económicamente desde el punto de vista exclusivo de la generación eléctrica, sino que intervienen otros aspectos, como la atenuación de crecidas de los ríos, el riego, la navegación de los cursos de agua, la provisión de agua potable, el turismo, etc. Por ejemplo, el proyecto del complejo Chocón-Cerros Colorados surgió de la necesidad de atenuar las crecidas de los ríos Limay y Neuquén y el proyecto original realizado por Agua y Energía Eléctrica tenía el en su orden de prioridades 1° el control de crecidas, 2° el riego de 650.000 Hectáreas y 3° la generación de energía eléctrica.
El riego de las 650.00 Hectáreas quedó descartado en el proceso de obtención de la financiación de las obras y posterior creación de HIDRONOR SA.
Aquí surge otra pregunta, ¿será posible recuperar el objetivo inicial de regar 650.000 hectáreas desde El Chocón? Hoy desde la represa de Alicura se puede regar otro millón de hectáreas que junto a las 650.000 anteriores suman 1.600.000 hectáreas las cuales equivalen a 200 veces las áreas regadas en el alto valle de Río Negro y Neuquén.
Si se realizaran estas obras de riego ¿Cómo se reemplazaría la disminución de la generación eléctrica? ¿Es posible esto?
Habíamos señalado que Piedra del águila está diseñada para poder funcionar como central de bombeo, lo cual constituye el complemento ideal para un parque Eólico-fotovoltaico.
La continuidad de contratos de concesión como los anteriores sólo proporcionarán una renta no muy significativa para las provincias de Neuquén y Río Negro más algunos condicionamientos en los caudales máximos, mínimos y reserva de agua para las épocas de sequía.
El desarrollo hidroeléctrico de la región, para que sea sustentable económicamente debe ser pensado en el contexto de un vasto plan de desarrollo regional que implique un serio cambio de paradigma en la concepción de Gobernanza regional, pensado seriamente como forma de gobernar, especialmente eficaz y adecuado a los fines que se persiguen, Desarrollo autentico, verdadero federalismo, autonomía política y pujanza económica.
En fin, estamos persuadidos de que es posible pensar al complejo hidroeléctrico del Comahue como parte de un ambicioso proyecto de desarrollo energético, tecnológico, industrial, turístico y agrícola, y que está a nuestro alcance poder realizarlo si se cuenta con la determinación política necesaria. Es ahora o nunca.
Ing. Conrado Sergio Cargnell
Email: cscargnel@gmail.com
Ing. Jorge Pistagnesi
Email: jorgepistagnesi@hotmail.com
Integrantes de la Red Nacional De Encuentros Para El Desarrollo y la Participación Comunitaria y del Foro Por La Defensa De Nuestros Ríos y Represas.