En artículos anteriores vimos como esta conformado el circuito emocional y la importancia que tiene el pensamiento en esto. Hoy hablaremos más en detalle de esta capacidad que cumple un papel de relevancia en nuestra vida emocional.
El pensamiento es la capacidad de pensar, razonar, juzgar. Este proceso mental nos permite tener ideas sobre nosotros mismos, los demás y el entorno. Aparece con el desarrollo de nuestra corteza prefrontal, encargada de las funciones ejecutivas del cerebro y la mas nueva en aparecer en la evolución del mismo.
El pensamiento esta relacionado con la emoción de manera bidireccional, ya que lo que pensamos genera emociones y las emociones cambian nuestros pensamientos.

Como vimos en el circuito emocional mientras mas negativo sea mi pensamiento, más negativo será el impacto emocional. A la vez estos pensamientos y emociones influyen en nuestras decisiones y por lo tanto en nuestras acciones y conducta.
Entonces el pensamiento es un pilar clave para gestionar nuestras emociones. A partir de poder empezar a cambiar mis pensamientos, es que puedo darle otra dirección a mi emoción y a mi acción.
A través del pensamiento yo sostengo la emoción, sostengo una determinada actitud. Acá aparecen pensamientos como: “no voy a poder”, “no puedo”. “esto es difícil”, que van a contribuir a la baja autoestima, a la frustración, la inseguridad y casi seguramente a un pobre resultado. Nuestra tarea esta en comenzar a revisar nuestros pensamientos, que quizás los tenemos hace mucho tiempo, pero vivimos en piloto automático.
Esto también es un proceso de empezar a hacerme cargo de que la culpa no siempre esta afuera, sino que yo debo cambiar algo interno para que lo externo se modifique. Hay que empezar a salir de la queja y del papel de víctimas. Y ese cambio requiere de nuestra voluntad, porque el cerebro nunca tiene intención de cambiar, eso depende de nosotros.
El pensamiento negativo nos hunde, no deja que veamos salidas, oportunidades, soluciones. Solo nos deja en un bucle, adictivo, por cierto, de lo que esta mal. Esto genera mal estar en mí, y me trae malas relaciones, malas decisiones, estrés y mucho más.
Al revisar mis pensamientos, estoy revisando mis creencias. empieza por un ejercicio sencillo:
- Anota pensamientos negativos que te decís habitualmente.
- Empieza con una observación consciente y cada vez que aparezcan, cambialos por algo positivo. Acá hay que tener en cuenta lo siguiente. Si lo que te decís es “tengo miedo”, no lo cambies por la frase “no voy a tener miedo”, porque el cerebro sigue interpretando “miedo”. Cuando quieras cambiar un pensamiento o creencia negativa, Tenes que hacerlo por una frase positiva, por ejemplo, “Yo puedo”, “tengo el coraje para hacerlo”.
- Revisa si alguien te decía o te dice estas cosas y es de esa influencia que lo hiciste propio y te lo creíste.
- Revisa si estos pensamientos aparecen en todas las situaciones o solo en algunas.
- Es un camino de consciencia de todos los días.
Entrenar nuestra mente es tan importante como entrenar nuestro cuerpo físico. Requiere de constancia, voluntad y dedicación, no cambia mágicamente.
Lo que tenes que poner en la balanza es cuanto peso tienen hoy tus pensamientos negativos, como afectan tu vida y si vale la pena seguir así o si vale mas es el esfuerzo por cambiar por esto.
Siempre va a ser tu decisión.
Lorena Sanhueza
Tec. en Consultoría Psicológica MP 01503
Colegio Profesional de Técnicos de la Provincia del Neuquén
Mail: comisionbienestarcptn@gmail.com