Por qué la innovación gana más mercados

Jorge Pistagnesi
Ingeniero Industrial

Dr. Alejandro A. Hossian FRN – UTN
Especialista en Robótica y automación


El carácter innovador de las empresas se vincula con una raíz cultural y se debe planificar y cultivar. Un plan de desarrollo estratégico con metas tecnológicas mejoran su desempeño competitivo.


Como ya habíamos expresado en la edición de Junio de EP, Una verdad a voces, “En el contexto de la globalización económica, la tecnología es un factor clave para impulsar el crecimiento y competitividad en los negocios. Son las firmas innovadoras las que ganan más mercados, son más productivas, generan empleos, ofrecen mejores remuneraciones a sus empleados y rendimientos satisfactorios a sus inversionistas”. Lo expresa enfáticamente Thomas Hatzichronoglou (1997) en sus propuestas para la OCDE. 

La realidad indica que son las industrias innovadoras las que se expanden con más fuerza en el comercio internacional y su dinamismo ayuda a mejorar el desempeño en otros sectores de la producción de una región o país.  

Sin embargo, el carácter innovador, no se genera espontáneamente, ni se gestiona, ni se compra en los mercados. Es menester comprender que dicho carácter tiene una raíz cultural y se debe planificar, incentivar, cultivar, expandir, por consiguiente, resulta menester también, evaluar sus oportunidades, ventajas, desventajas, amenazas, de la misma manera en que se piensan los planes de desarrollo estratégico en las empresas. 

El planteo de nuevas metas tecnológicas en una organización con objetivos de mejora en su desempeño competitivo, inicia con el diagnóstico de su “estado del arte”, de su situación en el tablero tecnológico, del estado de su patrimonio tecnológico y de su situación general.

Este primer diagnóstico permitirá luego el planteo de alternativas y senderos que aseguren la concordancia entre la política tecnológica y la estrategia global de la organización. 

La raíz cultural del carácter innovador se relaciona con la capacidad del grupo humano que conforma una organización para aumentar y transformar sus conocimientos genéricos en específicos; a partir de las competencias iniciales, y la acumulación dinámica de estas competencias incluye aprendizajes formales e informales, tanto de tipo codificado como tácito, cuya orientación permiten conseguir y mantener ventajas competitivas. (Yoguel 2000).

La innovación de las empresas demanda capacitación contínua e incorporación de personal calificado.
La innovación de las empresas demanda capacitación contínua e incorporación de personal calificado.

En los años 90, dos de los pensadores de Negocios más importantes del mundo, Gary Hamel y Coimbatore K. Prahalad, plantearon la noción de Competencias Nucleares como fuentes de ventaja competitiva. Entendidas como un conjunto de habilidades y tecnologías basadas en la integración de habilidades de producción, integración de tecnologías y aprendizajes colectivos endógenos, presentan a la compañía de una manera distintiva frente a sus clientes. 

La generación de capacidades nucleares requiere de un potente, dinámico y generalizado proceso de “aprendizaje colectivo” dentro de las organizaciones. Las firmas requieren de arreglos organizacionales para integrar el conocimiento, organizar el trabajo y compartir dichos procesos y actividades en el interior de su organización; Pues tales competencias basan su desarrollo y crecimiento en dimensiones organizacionales y tecnológicas, funcionales a tales procesos. 

Desde una perspectiva que privilegia el componente organizacional de las capacidades, Iansiti y Clark (1994) asocian la integración como la fuente del desempeño superior de las firmas en un ambiente competitivo. Vista esta integración, como la capacidad de mezclar nuevos y viejos conocimientos acumulados, las capacidades de integración constituyen básicamente, capacidades organizacionales. La firma requiere de la generación de arreglos organizacionales específicos que le permitan la integración de conocimientos fragmentados y la creación de nuevas competencias. (Vargas 2006).

Aceptado entonces el papel del conocimiento en la generación de Capacidades Tecnológicas, cabe preguntarse: ¿Cómo deberíamos proceder entonces para mejorar las capacidades tecnológicas de nuestras empresas? 

Debemos tener en cuenta que existen un grupo de factores que influyen enormemente en la adquisición de cultura tecnológica, y por lo tanto, en las capacidades de innovación de las empresas. Entre las que podemos citar: 

  • Aseguramiento de la calidad (de producto, proceso y gestión).  
  • Vinculación y Cooperación tecnológica con agentes e instituciones de conocimiento científico y tecnológico (locales o foráneos). 
  • Incorporación de personal calificado (Técnicos, Ingenieros, Diseñadores, Magísteres, Doctores), en equipos formales e informales de I+D+i. 
  • Capacitación continua del Recurso Humano, en el entendimiento de los procesos y también en la cultura de la innovación. 
  • La complejidad y alcance de las actividades innovativas (de proceso, productos, servicios y organización). 
  • El peso relativo de nuevos productos y servicios en la facturación. 
  • La Cultura y capacidad de inversión en innovación y desarrollo tecnológico. 
  • La colaboración y cooperación sinérgica con otras organizaciones empresariales. 
  • La Estructura, cultura tecnológica y filosofía gerencial de las organizaciones. 

A todos estos factores debemos agregar la tenacidad para sostener con firmeza, en el tiempo, los procesos de generación de Capacidades Tecnológicas, en un contexto de absoluta dinámica de cambio; en la que muchas veces la empresa será empujada o desplazada de su eje, por factores extra nacionales, políticos internos, movilidad o falla de los mercados, entre otros. 

Como bien lo expresa Mario Santiago Valdés-Sao (2020): La variable tecnológica en la empresa debe abordarse desde tres diferentes perspectivas: 

1) Se debe analizar con detenimiento el contexto interno de su organización, con el objetivo de identificar fortalezas que combinadas con las oportunidades que ofrece la tecnología se conviertan en ventajas competitivas. 

2) Corresponde al análisis del contexto externo, donde se mueve el mercado y su competencia, en el que se mueven y desarrollan las tecnologías. 

3) Posicionamiento tecnológico. Observar cómo se mueven las tecnologías, que de no ser vigiladas pueden convertirse en una fuerte amenaza para la concepción de sus estrategias, y de suma importancia para el fortalecimiento de las capacidades tecnológicas de la organización, en su afán de alcanzar un liderazgo a largo plazo.

El fenómeno de la globalización y el cambio tecnológico han propiciado profundas transformaciones que permiten una relación más cercana entre personas y países; generando mejores condiciones y facilidades para que las empresas puedan competir internacionalmente. Y aunque en su mayoría se trata de grandes empresas globales, en la actualidad se han abierto importantes oportunidades para empresas más pequeñas, notándose una marcada tendencia a la participación de las Pymes en las cadenas globales de valor (CGV). (NAVARRETE HINOJOSA 2015). 

Estamos convencidos de que hacia allí debemos marchar y por ello escribimos.