En los próximos años se espera un avance significativo de los vehículos híbridos, como así también una gran demanda de técnicos, profesionales y especialistas en energías renovables.
Es cuestión de tiempo que la transición hacia la producción y distribución de energías renovables empiece a proliferar en el país. Como ya lo hemos visto en el número anterior, la llegada de nuevas formas alternativas para poner el mundo en funcionamiento es algo inevitable e irreversible.
En esta ocasión no nos detendremos a analizar de lleno la transición actual donde se busca dejar de lado la producción fósil como el gas natural y el petróleo, sino que escarbaremos en la necesidad de acompañar este camino con información y conocimiento.
No solo se trata de dejar un mundo mejor a las generaciones futuras y poder vivir en mejores condiciones de salubridad con el aire limpio y el agua sin plásticos, sino también de aprovechar la oportunidad de darle un valor agregado a la industria incipiente nacional.
Dentro de esta necesidad, el mercado se está inclinando cada vez más hacia la movilidad híbrida o eléctrica y si bien si alguien recorre las calles europeas hoy en día verá una cantidad inimaginable de vehículos de este tipo, lo cierto es que en países como Argentina y el resto de los limítrofes del continente, la transición será mucho más lenta.

Los primeros modelos que han llegado a la región son vehículos que ya han quedado viejos en relación a los avances tecnológicos que hay en el mundo. Además, la dolarización de estos hace que sea prácticamente imposible para el ciudadano promedio comprar autos sin combustión interna.
Sin embargo, desde Nación ya han asegurado que no es su intención seguir explotando el gasoil y que es indispensable que, en los próximos años se de un avance significativo hacia la movilidad híbrida o eléctrica. Las opciones más viables, por el momento, son los pequeños transportes de dos y tres ruedas, como pueden ser motos y monopatines eléctricos. De hecho, durante el 2021 se vendieron nada más y nada menos que 276 millones de estos modelos en el mundo, lo que se traduce en casi la mitad (42%) de las ventas totales.
Es en este contexto que desde Nación, articulando con la sociedad civil y los grandes empresarios automotrices, vieron una increíble oportunidad para fortalecer la industria nacional y han empezado a regular estrategias, políticas públicas específicas que contribuyan a una hoja de ruta hacia la transición de la electromovilidad.
La gran disponibilidad de recursos que tiene la región, sobre todo del litio tan necesario para fabricar baterías (Argentina posee el 25% de las reservas mundiales de este componente) lleva a pensasr a los especialistas que se trata de una oportunidad única para impulsar una industria eléctrica propia, que no tenga dependencia de los mercados asiáticos y norteamericanos que hoy por hoy lideran el mundo.
Sin embargo, para poder aprovechar al máximo esta oportunidad histórica, es indispensable que quienes trabajen en el sector se encuentren capacitados en el funcionamiento de este tipo de sistemas, no solo en la parte mecánica específica, sino también todo lo que concierne a las instalaciones, reparaciones y mantenimiento de estaciones de carga, instalaciones eléctricas hogareñas y circuitos vehiculares.
Es clave entender, en otras palabras, que no solo serán necesarios mecánicos capaces de reparar estos vehículos, sino también técnicos capacitados energías renovables.
En conjunto con esta necesidad ambiental de descarbonizar el mundo, no solamente la electromovilidad viene a modificar el mundo, sino que los biocombustibles o combustibles alternativos también ocuparán un rol fundamental.
De hecho, en la región del Alto Valle ya hay importantes inversiones millonarias que buscan trabajar en la generación del hidrógeno verde por medio de la hidrólisis.
Los proyectos aún están en la etapa administrativa, pero es cuestión de tiempo que las empresas empiecen a demandar la contratación de técnicos, profesionales y especialistas dotados de conocimientos en las energías renovables.
En un mundo donde ya hay países que cobran impuestos a los vehículos con caño de escape la formación verde es, sin dudas, obligación en todos los sectores. Río Negro y Neuquén son parte fundamental de este cambio y se espera una ola de inversiones durante los próximos diez años. Quienes se encuentren en condiciones de brindar este servicio obtendrán en su profesión un valor agregado que marcará la diferencia.