Energía Nuclear y desarrollo regional

Nuestra región, traccionada económica y tecnológicamente por la industria Oil&Gas, ha adquirido capacidades tecnológicas excepcionales para abordar con solvencia este proceso industrial.


Uno de los argumentos más utilizados en contra del uso de la energía Nuclear en el mundo tiene que ver con las limitaciones económicas, técnicas y políticas del diseño de reactores de alta potencia, tanto de agua ligera como pesada, reduciendo su carácter de sostenibilidad y viabilidad frente a los desafíos globales; relacionados con la descarbonización, la reducción/optimización del consumo energético y, por supuesto, la disposición final de los residuos radioactivos generados por las grandes centrales, tal vez el aspecto más señalado. 

Sin embargo, hoy necesitamos reconocer que gracias al avance de la tecnología en otras áreas, es factible diseñar reactores avanzados, de vanguardia, con muy alto grado de seguridad y eficiencia. Incluso esto nos permite probar sus parámetros de funcionamiento en los entornos más complicados, mucho antes de construir siquiera una pieza.

En este aspecto, nuestros científicos de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), han presentando a la sociedad argentina y global, diseños de reactores prácticamente listos para su comercialización (que ya estarían terminados si no se les hubiesen retirado el apoyo económico necesario para su desarrollo final, años atrás). Esta próxima generación de reactores tendrá la capacidad de desempeñar un rol transformador a nivel mundial, suministrando enorme cantidad de energía limpia a gran escala, absolutamente necesaria para alcanzar las metas relativas al clima en esta década y la próxima.

La energía nuclear ayudará a reducir el uso de hidrocarburos fósiles y desechos radioactivos.

Los Reactores Reproductores Rápidos (FBR), utilizando desechos radioactivos,  en conjunto con los SMR, sin dudas serán una alternativa formidable para la provisión de energía en los volúmenes requeridos para una humanidad que crece y madura conocimientos cada vez más avanzados y, por lo tanto, más demandante. 

El uso de los actuales y futuros desechos nucleares como combustible, más la posibilidad de extraer uranio del mar, de nuevos yacimientos y la posibilidad del uso del Thorio -cuya abundancia es varias veces superior al uranio- garantiza un suministro prácticamente inagotable de material fisionable para resolver las necesidades energéticas de todo el planeta por varios siglos.  Por lo menos, hasta que la energía de fusión pueda dar un nuevo impulso a tecnologías de alto impacto energético. Simultáneamente se elimina la acumulación de desechos radioactivos de larga actividad y se cumple sobradamente con los estándares fijados para el aire respirable.

El diseño y rediseño avanzado, con software de última generación permite asegurar no solo calidad, sino también extremar la seguridad frente a las condiciones más adversas. Así, el diseño de reactores de seguridad pasiva, como los reactores de sales fundidas y los reactores modulares pequeños, traerán una enorme mejora de los aspectos económicos, cualitativos, temporales y financieros de la energía nuclear, reduciendo los costos de los sistemas de seguridad, actualmente onerosos y complejos, que encarecen las operaciones de nuestras grandes centrales nucleares. Una alternativa pragmática para superar las barreras financieras que penalizan los altos costos de capital de las unidades mayores. 

Sus diseños simplificados establecen además nuevos estándares para la seguridad pasiva y su baja potencia otorga flexibilidad operacional, permitiendo combinar con las energías renovables para compensar intermitencias.

La producción en serie de los múltiples componentes modulares en líneas de montaje, simplificará el proceso de fabricación y permitirá una drástica reducción de costos. Aspecto que sin dudas generará una expansión de características inimaginables de esta tecnología, una oportunidad que no debemos desperdiciar.

Teniendo en cuenta que nuestra región del Comahue, traccionada económica y tecnológicamente por la industria petrolera y gasífera, ha adquirido capacidades tecnológicas excepcionales para abordar con solvencia este proceso industrial. Por eso desde este medio, enfatizamos en señalar y sostener el tema en agenda, con la plena conciencia de que estamos frente a una oportunidad sin igual para el desarrollo sostenible de la región. 

No tenemos dudas de que podemos colaborar eficientemente a evitar la catástrofe climática y, además, desarrollarnos tecnológicamente de la mano de la energía nuclear, renovable y ecológica, como complemento de las ya conocidas. (eólica, fotovoltaica, geotérmica e hidráulica). 

En un planeta que consume anualmente enormes cantidades de energía y cuya población demandará mayores cantidades en un futuro cercano, la energía nuclear generada en la manera propuesta contribuirá eficientemente a la reducción en el uso nacional de hidrocarburos fósiles y desechos radioactivos, generando una potente herramienta de exportación de energías y tecnologías de alto valor. 

Como bien lo expresa la fundación FUNDAR en su página de internet, la industria nuclear argentina aspira a devenir en un actor de primera magnitud en el mercado de exportaciones, contribuyendo con productos de alto valor agregado al crecimiento de la economía del conocimiento, mediante la captura de parte del mercado mundial de SMR, especialmente en la región.

Nuestros gobiernos provinciales y los empresarios deben despertar, trabajar de inmediato y, en conjunto, elaborar estrategias de cara al 2024, pensando que el mercado más próximo para el CAREM es América Latina, y que se deberá competir en condiciones desiguales con las grandes potencias. Por esto, hay que pensar en una muy agresiva estrategia de producción y exportación, teniendo en cuenta también la excepcional situación geográfica de la región, que ostenta la posibilidad de salir al pacífico por Chile y al atlántico por San Antonio. 

Tenemos plena conciencia de que eliminar este potencial excepcional que presenta la energía nuclear, de las ecuaciones estratégicas regionales para el desarrollo sustentable, puede significar un error que pagarán muy caro, sin dudas, nuestros descendientes.


Contacto:

Ing. Jorge Pistagnesi

Maestrando MCTeI-UNRN

Mail: jorgepistagnesi@hotmail.com