Frenar con la caja de cambio, manejar máximo a 40 km/h, usar cadenas, mantener la distancia entre vehículos; entre otras, son las acciones a tener en cuenta para circular en condiciones climáticas adversas.
A la vista está que en este invierno las condiciones climáticas están siendo contundentes. Desde una perspectiva ambiental, son condiciones que van a beneficiar y mejorar, entre otras cosas, el abastecimiento de agua que muy afectado se vio en el último tiempo.
Sin embargo, el hielo, la nieve, la lluvia, el viento blanco son climas que resultan adversos al momento de movilizarse. Por esto, es que el Centro Patagónico de Entrenamiento y Capacitación (CPEC) brinda recomendaciones para conducir y sobre tecnología asociada a la seguridad para aplicar en cada caso.
La nieve y/o el hielo provocan: severa disminución de la adherencia, menor eficacia de los frenos, pérdida de control o deslizamiento del vehículo, reducción de la visibilidad y posibles deslumbramientos.
Como norma general, cuando hay nieve y/o hielo hay que conducir lentamente y en forma suave, sin movimientos bruscos de la dirección, ni cambios de marcha repentinos. Los frenos, acelerador, embrague, palanca de cambios y dirección deben usarse con extrema delicadeza y suavidad.
La velocidad adecuada en este tipo de condiciones no es siempre la que indican los carteles, sino la velocidad que permita controlar el vehículo en esa condición adversa. Por esto, es fundamental saber que la distancia de reacción disminuye respecto a la condición climática y debe ser mayor que lo habitual para evitar accidentes.
Como se mencionó, al volante es necesario evitar movimientos bruscos o volantazos; y disminuir la velocidad y frenar suavemente al tomar una curva, evitando la frenada. En ripio se recomienda no viajar a más de 40 km/h. Los frenos antibloqueo (ABS), ayudan a mantener el control en condiciones resbaladizas, pero no reducen la distancia de frenado.
Por otro lado, si nos encontramos con placas de hielo sobre la ruta lo conveniente es colocar dos ruedas sobre la banquina para romper más fácilmente el hielo. Si se pierde el control del vehículo, lo mejor es intentar controlarlo sin volantear, evitando el pie del acelerador y sin recurrir al freno. Para frenar lo más recomendable es hacerlo con la caja de cambio y si se usa el freno, hacerlo con las ruedas rectas.
La banquina solo debe utilizarse en casos de extrema necesidad como la mencionada. En caso de exceso de nieve es conveniente desplazarse por las huellas que hayan dejado otros vehículos y no tomar caminos alternativos si no se conocen adecuadamente.
Asimismo es obligatorio el uso de la luz baja y las luces de posición, los destellos se deben utilizar en los cruces a nivel y para advertir sobrepasos. Cuando está nevando o lloviendo es aconsejable usar las luces bajas y con niebla las luces antinieblas. También es necesario señalizar el cambio de dirección aun cuando no hubiera nadie alrededor.
Evitar el control de velocidad de crucero sobre mojado, hielo y nieve. Mantener el control de la aceleración y desaceleración en todo momento.
Los vehículos de tracción en las cuatro ruedas, en hielo o nieve, tienen mejor adherencia ya que traccionarían los cuatro parches de contacto. Sin embargo, el vehículo no mejora significativamente el frenado en relación a un vehículo 2WD (tracción simple).
Por otro lado, se debe controlar que el caño de escape no se obstruya con nieve.
A la hora de tomar curvas, nunca girar más de lo debido para evitar que el coche derrape.
En las rutas afectadas por este clima, la primera recomendación es el uso de las cadenas y manejar a una velocidad no superior a 40 km/h. Se debe trabajar con las marchas bajas de la caja de velocidad y desacelerar progresivamente para minimizar la utilización del pedal de freno.
Para descender o ascender una pendiente debe hacerse con el cambio puesto. El punto neutro debe evitarse, tanto como pisar el embrague con el cambio colocado.
Por otro lado, es importante saber que frente a temperaturas por debajo de los -20 C°, puede llegar a congelar los fluidos del motor y quitar la capa de nieve puede provocar daños. Hay que asegurarse que el área del motor esté despejada y chequear las temperaturas del aceite, el líquido de transmisión y otros líquidos importantes. Asimismo, revisar si hay trozos de hielo o nieve dura atrapados debajo del vehículo o que corten las líneas de freno.
En caso de ser sorprendido/a con un temporal de nieve que impida continuar viaje, es necesario mantener la calma en todo momento. Aspectos a evaluar: apagar o no el motor, colocar triángulos -mínimo a 50 metros de distancia para señalizar- no abandonar el vehículo al menos que se pueda resguardar cerca, usar el chaleco refractante. En caso de resguardarse en el vehículo y tener la calefacción prendida, abrir una ventanilla para evitar posibles intoxicaciones.
Recomendaciones para comprar y colocar cadenas:
- Antes de comprarlas comprobar la medida del neumático.
- Al colocarlas para hielo y nieve se modifica el comportamiento del vehículo al circular sobre calzadas sin que haya hielo y/o nieve, por lo que se precisará un mayor recorrido para la frenada.
- Comprobar que las cadenas se ajusten perfectamente y asienten bien y de forma uniforme sobre los neumáticos.
- La cadena está correctamente ajustada cuando tiene un juego tirando de ella por encima de la banda de rodadura de aproximadamente 1,5 cm., sobre dicha banda de rodadura del neumático.
- Una cadena excesivamente floja puede golpear en el vehículo. Revisar el ajuste y tensarla.
- Al principio y a los pocos metros se recomienda parar y comprobar las holguras o si se ha soltado un enganche, tensando los mismos en caso necesario.
- Los neumáticos deberán estar inflados a la presión indicada por el fabricante del vehículo, a pesar de estar utilizando cadenas.
- Cuando adquiera una cadena probar el montaje de las mismas antes de ser utilizada.
- Con las cadenas instaladas, el funcionamiento del vehículo puede variar por lo tanto: evitar frenar y acelerar bruscamente, nunca circular a más de 40 km/h.