El saber es amigo de la innovación

Jorge Pistagnesi
Ingeniero Industrial

Dr. Alejandro A. Hossian FRN – UTN
Especialista en Robótica y automación


Para crecer, sobrevivir y el bienestar de una organización, la innovación es clave. Implica un proceso de aprendizaje complejo que incluye el desarrollo tecnológico, cambios técnicos en los procesos y búsqueda de mayor rentabilidad.


Innovar?...Para qué?, cómo?

La innovación no es una moda ni una opción, es una necesidad en una sociedad que avanza a gran velocidad y que necesita ideas, herramientas y soluciones que avancen, por lo menos a esa misma velocidad. (Tony Chen-Huawei).

Existen infinidad de razones para la innovación; todas ellas se relacionan con el crecimiento, la supervivencia y el bienestar social, e implican un proceso de aprendizaje complejo atado a la resolución de problemas, demandas de la sociedad, al conocimiento buscado, acumulado, transmitido y asimilado. 

Las empresas cada vez con mayor rapidez van comprendiendo la importancia de la innovación, el desarrollo tecnológico, y sus ventajas estratégicas; van adoptando formas de trabajo que conducen a producir cambio técnico en sus procesos o productos, en la búsqueda de mayor rentabilidad, expansión de mercado, supervivencia, mejoras en el servicio, fidelización de clientes, mayor eficiencia, nuevas oportunidades, etc. 

Sin importar cuál sea la innovación, ésta trae a las organizaciones mejores retornos a través de la elaboración de servicios y productos diferentes que facilitan el trabajo, la cobertura de necesidades, la vida diaria de sus usuarios o consumidores. Y son ellos la fuente de innovación en las empresas, por eso escucharlos, estar en contacto, conocer sus opiniones y necesidades abrevia el camino hacia las novedades y soluciones que requieren. 

¿Pero cómo procede una empresa que quiere ser innovadora? 

En principio, la gerencia debe estar muy convencida de querer innovar, y por lo tanto facilitar el camino.

Hausman (2005), identifica la existencia de una relación positiva entre la innovación de las empresas y el nivel de estudios, en particular, de los responsables financieros. Observa que las personas que tenían una educación más limitada resultaban ser administradores menos innovadores, además explica por qué algunas empresas tienen éxito y otras no, en función de su capital intelectual, el cual fomenta la innovación en procesos y productos.

Toda idea por más irrisoria que parezca puede resultar productiva. Nada es descartable. Por otra parte, hay que pensar que, aunque no siempre son implementables en determinado momento, algunas innovaciones aguardan su hora, y estarán prestas a salir al mercado en cuanto la oportunidad se presente, generando desplazamientos y readaptaciones en el mercado, usufructuando la empresa innovadora, la ventaja así obtenida. 

Las empresas (como en casi toda actividad humana), acumulan aprendizajes, adaptan tecnologías existentes, desarrollan habilidades, que propician el desarrollo de nuevas soluciones y productos. Como ya hemos mencionado anteriormente, hay una “forma de Operar” tales habilidades, mencionadas por Sanjaya Lall ,1985;  o Nelson y Winter, 1982 ,  como “funciones técnicas”, las cuales van adquiriendo mayor complejidad en función de la posición tecnológica alcanzada por la empresa. 

Para crecer, sobrevivir y el bienestar de una organización, la innovación es clave.

En tal sentido, Bell y Pavitt (1993;1995), han Brindado una primera clasificación de las cuatro principales Funciones Técnicas: 

Funciones Básicas: 

  1. Actividad de inversión.
  2. Actividad de producción. 

Funciones De apoyo: 

  1. Actividades de Vinculación (con Individuos, Empresas e Instituciones).
  2. Actividades de Producción de Bienes de Capital (gerenciamiento comercial, financiero, logístico, y del conocimiento).

Estas actividades “funcionan” como generadoras de conocimiento tecnológico, y posibilitan el desarrollo de nuevas actividades de mayor complejidad. Es decir, las actividades desarrolladas de una manera específica, tienen la particularidad de generar conocimiento, y esa “manera específica”, es lo que llamamos “función Tecnológica”.

Una de las que personalmente considero de mayor importancia, es la “función de vinculación”. A través de esta función se tejen y destejen tramas de relaciones que aportan posibilidades de apropiación de conocimientos. En tal sentido, nada es descartable, relacionarse con proveedores, inversores, instituciones técnicas, instituciones de I+D, Universidades, incluso con competidores, resulta la manera más directa para la incorporación de nuevas capacidades. Por lo general la colaboración entre empresas genera una sinergia muy positiva en tal sentido. 

Son las pequeñas y medianas empresas las que cuentan con mayor libertad para vincularse con organismos de I+D para generar cambio técnico, aunque también las más limitadas económica y financieramente. 

Sin embargo, las empresas con mayor actividad interna de I+D, se pueden beneficiar si establecen colaboración con las universidades, con los centros de capacitación tecnológica profesional o con instituciones privadas que propicien el desarrollo. 

Uno de los caminos más cortos de vinculación tecnológica es la Universidad local, si su requerimiento no se resuelve en ese ámbito, con toda seguridad sabrán vincularlo con especialistas de otras instituciones. 

El Ministerio de Ciencia y Tecnología, ofrece en tal sentido su enorme estructura de conocimiento a tal efecto, La Gerencia de Vinculación Tecnológica actúa como unidad de enlace entre las demandas de innovación tecnológica de los diversos sectores de la sociedad y los equipos de investigadores y profesionales del CONICET capaces de responder a los requerimientos de las empresas. 

En nuestra zona el Centro Científico Tecnológico de reciente creación, C.C.T. CONICET - PATAGONIA CONFLUENCIA, ofrecerá en breve un canal directo a la innovación a través de sus institutos asociados o de las distintas Facultades de la Universidad Nacional del Comahue.